Modernismo no es lo mismo que moderno. Lo moderno son los usos y costumbres de hoy, un hoy que no se parece al de ayer y necesariamente diferirá del mañana, dice José Emilio Pacheco.
Entendiendo de esta forma al modernismo y viéndolo desde el punto de vista del contexto social mexicano caeríamos en la cuenta de que lo moderno de hoy en día tiene que ver con la tecnología. Y mucho se dice que nuestra tecnología ha avanzado a gran velocidad en los últimos ochenta años:
La televisión, la computadora, el teléfono celular, los cajeros automáticos, La tarjeta de crédito (1950), La tarjeta inteligente (1974), el Internet, el chip (1958), el láser (1961), los juegos de vídeo, el satélite, etc. Son inventos del último siglo con los que la gente globalizada de hoy interactuamos constantemente desde la última década sin ni siquiera ahondar en este hecho.
Algunos me dirán que no todas las personas utilizan estos servicios, tal vez no todos tengamos tarjeta de crédito por ejemplo, pero a lo que me refiero es que el hecho de que la mayoría de las personas que nos rodean las utilicen nos involucran en tanto que modifican nuestra sociedad económicamente y en otros sentidos.
Estos mismos inventos se están actualizando a cada rato por la gran necesidad y competencia comercial que los impulsa a innovarse. Esto pasa especialmente con los celulares, las computadoras, el cine y los automóviles. Ahora con la salida del Black Berry y el Iphone, jóvenes, adultos e incluso niños nos sentimos a la vanguardia, pero en lo que realmente parecemos estar es en un constante hipnotismo. Debo aclarar primero que soy una aficionada de la tecnología, el punto aquí es que pienso que necesitamos un balance, un equilibrio de la tecnología con algo más. Ese algo más es la reflexión.
Entendiendo de esta forma al modernismo y viéndolo desde el punto de vista del contexto social mexicano caeríamos en la cuenta de que lo moderno de hoy en día tiene que ver con la tecnología. Y mucho se dice que nuestra tecnología ha avanzado a gran velocidad en los últimos ochenta años:
La televisión, la computadora, el teléfono celular, los cajeros automáticos, La tarjeta de crédito (1950), La tarjeta inteligente (1974), el Internet, el chip (1958), el láser (1961), los juegos de vídeo, el satélite, etc. Son inventos del último siglo con los que la gente globalizada de hoy interactuamos constantemente desde la última década sin ni siquiera ahondar en este hecho.
Algunos me dirán que no todas las personas utilizan estos servicios, tal vez no todos tengamos tarjeta de crédito por ejemplo, pero a lo que me refiero es que el hecho de que la mayoría de las personas que nos rodean las utilicen nos involucran en tanto que modifican nuestra sociedad económicamente y en otros sentidos.
Estos mismos inventos se están actualizando a cada rato por la gran necesidad y competencia comercial que los impulsa a innovarse. Esto pasa especialmente con los celulares, las computadoras, el cine y los automóviles. Ahora con la salida del Black Berry y el Iphone, jóvenes, adultos e incluso niños nos sentimos a la vanguardia, pero en lo que realmente parecemos estar es en un constante hipnotismo. Debo aclarar primero que soy una aficionada de la tecnología, el punto aquí es que pienso que necesitamos un balance, un equilibrio de la tecnología con algo más. Ese algo más es la reflexión.
De 100 jóvenes que utilizan la tecnología, ¿Cuántos de ellos saben cómo hacerla? ¿Cuántos de ellos saben quién las fabricó y por qué? Y lo qué me parece más importante ¿Cuántos de ellos utilizan la tecnología para algo más que no sea uno mismo? ¿Cuántos jóvenes utilizamos la tecnología para algo más que no sea chatear y chismear en el msn y el facebook? En fin, ¿nosotros manejamos la tecnología o la tecnología nos maneja a nosotros? La verdad es que la información más importante no la vamos a encontrar tan fácilmente en la televisión abierta, ni en el facebook (aunque podría ser utilizado para eso), ni tampoco nos van a enviar un pin para abrirnos los ojos. Debemos convertirnos en lectores y ser exigentes en lo que leemos. Lo importante no es la acción de leer, sino lo que la lectura nos ofrece. Por eso también es importante que aprendamos a leer el mundo con nuestros propios sentidos y nos volvamos seres críticos de la realidad. De eso se trata reflexionar. Se trata de cuestionarnos los hechos que nos rodean y para eso es importante leer e informarnos de lo que ha pasado antes, leer las opiniones de personas que pasaron su vida reflexionando y dando su postura sobre las distintas realidades que hay. Porque de hecho hay distintas realidades, la realidad es cambiante, nosotros mismos la creamos.
En efecto, si leyéramos… si el mexicano fuera más dado a la lectura y al conocimiento, México fuera otro. Quizás México ya se hubiera deslindado de las ataduras que nos pone Estados Unidos.
En efecto, si leyéramos… si el mexicano fuera más dado a la lectura y al conocimiento, México fuera otro. Quizás México ya se hubiera deslindado de las ataduras que nos pone Estados Unidos.
No dejo de preguntarme también, ¿La tecnología que tenemos en nuestras manos es la más adecuada? ¿Es la más avanzada? ¿Qué pasaría si en vez de tener celulares y chats, los jóvenes mexicanos estuviéramos trabajando en proyectos avanzados de física o de robótica? ¿Qué pasaría si en vez de ver las telenovelas que siempre tienen los mismos argumentos estuviéramos escribiendo libros y debatiendo posturas teóricas y filosóficas? Yo creo que definitivamente pasarían muchas cosas, pero algo que sería un hecho es que no habría tanta pobreza ni tanta ignorancia, por lo tanto no habría tanta delincuencia y no dependeríamos de gobernantes que no tienen la capacidad para hacer que México progrese en el verdadero sentido de la palabra. Pero ojalá Estados Unidos no tuviera el dominio que tiene sobre México, pues su poder es tan grande que tenemos prohibido crear tecnología. Y con respecto a publicaciones de libros, no sacamos el verdadero provecho que podríamos sacar ya que las patentes son difíciles de obtener en México.
Preguntas de este tipo se generaban entre los modernistas, por eso en este movimiento abundan las preocupaciones ideológicas y filosóficas nacidas del caos creado por el proceso de la modernización, textos de sondeo sociocultural, o de comentario político y económic ya que no todo se trataba de vanguardia literaria en cuanto a forma y estética. Los modernistas hicieron revolucionar la literatura. Esto sucedió en América Latina durante las dos últimas décadas del XIX, posteriormente se extendió a España.
Otra de las características positivas que tuvo el modernismo es como lo explica Federico Onís: El modernismo significa la incorporación de América a la literatura universal, el logro de su independencia literaria –comienzo y origen del gran desarrollo posterior de las letras hispánicas- el principio de su influencia en España y la transformación más profunda de la poesía española desde Garcilaso.
Preguntas de este tipo se generaban entre los modernistas, por eso en este movimiento abundan las preocupaciones ideológicas y filosóficas nacidas del caos creado por el proceso de la modernización, textos de sondeo sociocultural, o de comentario político y económic ya que no todo se trataba de vanguardia literaria en cuanto a forma y estética. Los modernistas hicieron revolucionar la literatura. Esto sucedió en América Latina durante las dos últimas décadas del XIX, posteriormente se extendió a España.
Otra de las características positivas que tuvo el modernismo es como lo explica Federico Onís: El modernismo significa la incorporación de América a la literatura universal, el logro de su independencia literaria –comienzo y origen del gran desarrollo posterior de las letras hispánicas- el principio de su influencia en España y la transformación más profunda de la poesía española desde Garcilaso.
Escrito por: Hipatia Elfen Lied
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