La novela modernista surge cuando la madre España, una
vez roto el vínculo primitivo, olvida cuidar la simiente moral que surgía e
hijos tuvieron que buscar en otras partes lo que habían perdido, esa identidad
que los hacía sentir solos y necesitaban afrentar, negar y renovar. Se
refugiaban en todos, destacando lo más importante para ellos y desechando
aquello que no producía algo en sí, o como lo diría Rubén Darío “…y tuvimos que ser entonces poliglotas y
cosmopolitas y nos comenzó a venir un rayo de luz de todos los pueblos del
mundo…”. Sin embargo quien más predominó en la formación de los modernistas
en quiénes se inclinaron más fue con los antiguos franceses. Al obtener esta
mezcla de todo realizarían algo nuevo, un nuevo arte.
Los
modernistas aportan en la literatura de ficción a los personajes protagónicos
categorías que no se les habían otorgado antes, tal como pintores, poetas,
músicos, escultores, estetas. También tienden a enlazarse con los hijos
rebeldes, insatisfechos, neurópatas… y que está en esta constante evasión de lo
temporal y lo geográfico, además de entonar a aquellos que padecen delirio por
el arte en una atmósfera intelectualizada. Se observan en esta literatura la
herencia romántica, los escritores se han entregado al culto sagrado de los
artistas y a la protesta por la incomprensión de éste en una sociedad vulgar.
Florencio Ariza
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